The Flaming Lipps

Anécdotas variopintas a través de una boca en llamas.

miércoles, marzo 21, 2007

El Arte Del Striptease Casero

Prueba y Error al Contar Chistes Rosas

PASEO INMORAL (Rock)

Música: Gustavo Cerati
Letra: Bochatón - Gustavo Cerati

Comencé
a girar como un reloj
hoy el oro está en mi piel
Desperté
las ideas fueron más
puedo obviarlas y esperar.

Estoy detrás del corazón
moviéndolo lentamente.
Sigo detrás del corazón
moviéndolo lentamente.

Háblame
no logré sobrevivir
dentro del caparazón.
Y después
un paseo inmoral
noches de longevidad.

Estoy detrás del corazón
moviéndolo lentamente.
Sigo detrás del corazón
moviéndolo lentamente.

Te creé
como un gran inventor…

Alguna vez querrás saber
la dirección para volver
al origen que al principio fue.

Un paseo inmoral…
___________________________________________________

Cierto sábado familiar durante la primavera de 1988, Fabián, el primo mayor de Fran, decidió hacer sobremesa contando un chiste “rosa” (calificado como tal porque el contenido no es suficiente para ascender a chiste colorado). Fabián puso cara de circunstancia, es decir, la clásica mirada pícara/inocente/boluda de cuando cuenta algo condimentado, aclaró la garganta y empezó el relato:

- Se ubican de mi amigo Negro Zuazo ¿no? ya saben, el que baila salsa como si fuera caribeño. Bueno el sábado pasado fuimos a la discoteca y al llegar a la barra se fijó en una morocha con un cuerpo infartante, la morocha vestía una minifalda de jean y bailaba en la pista hecha a la desentendida ¡qué mujerón! es más si uno busca en la enciclopedia la definición de “sexy” sale la foto de la morocha en mini.

La familia de Fran empezó a sonreír; la enana en cambio no emitía sonido alguno, se limitaba a mirar intrigada a su primo. Fabián notó que el relato tenía éxito y prosiguió:

- Como todos saben el Negro Zuazo se hace al canchero, pero es más tímido que un niño en su primer día de clases. Decidió optar por el famoso “traguito de valor”, parece que el Negro nunca fue bueno con el asunto de las matemáticas porque se le pasó la mano con el cálculo, no andaba “chispeado” sino totalmente “iluminado”. Era tan poca la sangre que tenía en su torrente alcohólico que se le soltó la lengua como si le pagaran por hablar.

Empezaron a aparecer las miradas cómplices en la familia; Fran seguía intrigada.

- Le aconsejé al Negro Zuazo que en el estado en que se encontraba, probablemente no era buena idea acercarse a la morocha para aplicar la estrategia de la conquista… pero ustedes saben que el Negro es diez veces más terco cuando está con tragos encima. Dijo que rompería el hielo con un tierno chistecito, me preparé para esperar lo peor.

La historia debía estar buena a ojos de la familia de Fran, porque incluso la abuela Esperanza se acomodó su aparato en la oreja; Fran se acercó más a la mesa y siguió escuchando con atención.

- Vi cómo el Negro Zuazo se alejaba de mí y se acercaba a la morocha, debió saludarla porque ésta le sonrió coqueta sin parar de bailar… el Negro no se iba a dar por vencido, me miró y guiñó un ojo. El Negro siguió hablándole a la morocha, ella paró de bailar y lo miraba sonriente, de pronto el Negro metió las manos a los bolsillos de su pantalón y los jaló hacia fuera. Yo pensaba: “¿Qué está haciendo este tarado? ¿Le habrá dicho que anda con poca plata?” En eso me di la vuelta para buscar mi trago y cuando volví a fijarme en los tortolitos, encontré al Negro Zuazo tirado en la pista de baile y a la morocha alejándose furiosa moviendo el batán.

- Corrí hacia el Negro que se encontraba medio inconsciente, lo levanté, lo sacudí un poco para que despertara y empecé a preguntarle insistentemente: ¿Oye animal qué le dijiste a la morocha que se puso como una fiera? Responde gil ¿qué le dijiste a la morocha?

- Creo que no le gustó mi chiste Fabián me dijo el Negro medio aturdido aún.

- ¿Cuál chiste?

- Le pregunté si le gustaban los animalitos y ella dijo que sí, luego le pregunté si alguna vez había visto a un elefante en vivo y directo y ella dijo que no. Entonces saqué los bolsillos de mi pantalón y le dije: “Estas son las orejitas ¿ahora quieres ver la trompita?”… luego a la morocha se le descolocó la cara y me metió un revés que me lanzó al suelo.

La risa de la familia de Fran estalló a carcajadas; la abuela Esperanza procuraba mostrarse seria, sin embargo la risa se les escapaba por la dentadura postiza mientras trataba de controlarse; Fran reía de buena manera porque también había captado el chiste y miraba a su primo, con los bolsillos afuera y la cara de angelito después de haber finalizado su interpretación.

La enana desde los 4 años tenía claro que la diferencia entre niños y niñas iba más allá de los colores rosa y celeste de las botitas de lana. Un día cuando fueron a visitar a los tíos Mustafá, Fran y su primo Dylan, un año mayor que ella, tuvieron ganas de orinar, ninguno de los dos podía aguantar más y sólo había un baño en la casa. Dylan encontró una solución simple, Fran utilizaría el retrete y él su antiguo bacín.

La petiza nunca había pensado en los niños como “elefantitos”, pero después de escuchar el chiste de Fabián encontró que la comparación resultaba genial y decidió contárselo a Sofía al día siguiente cuando fuera a recogerla para ir juntas a la casa de Diana, una ex compañera de kinder garden de su amiga.

Sofía río de tan buena manera al enterarse de la existencia de los “elefantitos” que insistió a Fran para que se lo contara a Diana, la enana no estaba segura de soltar un chiste rosa a una persona que sólo conocía de vista, a decir verdad, Fran tenía el presentimiento de que la cosa podría salir muy mal.

Diana vivía a 6 cuadras de la casa de Fran así que llegaron en automóvil en menos de 5 minutos. Diana era una enana de pinta rara, parecía una muñeca exótica: morena de ojos color miel (casi del tono de su piel), cabello sumamente crespo, rubio y grueso, siempre controlado en un par de gruesas trenzas, de estatura alta para la media y con sonrisa de conejo, dientes blancos y grandes.

En esa época estaba de moda la serie animada de Alf, la madre de Diana acomodó a las niñas en la sala de estar, con la televisión encendida, la mesa llena de juguetes, galletas y jugo de frutas, además de la “bendición” de estar solas en el ambiente para no sentirse cohibidas. Mala idea meditaría en la noche Fran.

Pasaron buen tiempo jugando, Sofía era fanática de las tramas que Fran creaba para los juegos y Diana no fue la excepción. A las dos horas de haber llegado, Sofía no cesaba de meter codazos a Fran tratando de incitarla a contar el chiste del elefantito, la enana se resistía a la idea; pero tanto va el cántaro al agua, que éste finalmente se rompe. Fran se acomodó el cerquillo y le preguntó a Diana si quería oír un chiste, la enana mostró los dientes de conejo y asintió con la cabeza. Fran se puso de pie y le contó la anécdota del Negro Zuazo de manera resumida, incluso con actuación tal y como lo hizo su primo, ni bien la enana sacó los bolsillos del pantalón, Diana comenzó a sacudirse en violentas convulsiones de risa histérica mientras gritaba “el elefantito, el elefantito”; Fran se asustó ante esa reacción y miró confundida a Sofía quién le devolvió la misma mirada.

- Oye Sofía, creo que tu amiga está enferma, esa risa no parece ser normal murmuró Fran a su amiga, mientras esta asentía muda.

Luego ante la sopresa de ambas petizas, Diana se puso de pie aún con cara de loca y empezó lo peor de la tarde.

- Alguna vez vieron a un elefantito en vivo y directo repitió Diana ante la confusión del par de enanas.

- ¡Aquí está el elefantito! Diana se bajó de un solo tirón pantalón y ropa interior, empezó a dar vueltas en su lugar frenéticamente mientras reía a carcajadas.

Las caras de Fran y Sofía eran un poema al horror y al desconcierto, lo que se conoce ahora de manera irónica como un momento Kodak. Lo peor no fue la interpretación del chiste por parte de Diana, sino que repitió dicha acción hasta el final de la tarde cuando fue hora de que las petizas regresaran a sus respectivas casas.

En asiento trasero del automóvil de los papás de Fran las enanas comentaron en voz baja el giro inesperado que tomó la tarde.

- Sofía, nunca más hago caso a tus pedidos.

- Pero Fran cómo iba a saber yo que a Diana le falta un tornillo.

- ¡Varios tornillos y todas las tuercas! Nunca más vuelvo a jugar con esa niña.

Tal fue la impresión de Fran ante el primer striptease no solicitado, que tardó en contar la anécdota cerca a veinte años, además de decidir no volver a mencionar el chiste del elefantito. Pasados los años llegó a la conclusión de que si bien dicho chiste no era buen material para hombres ni mujeres, en las féminas resultaba ilógico porque al animal le faltaba la trompa, es decir más que elefante, lo de Diana fue un manatí.

7 Comments:

Blogger raudor said...

Quienes cultivamos la resignación quizá lo podamos hacer con un tapir

miércoles, marzo 21, 2007 11:35:00 a. m.  
Blogger The Flaming Lipps said...

Jejejejeje yo creo que en realidad la imagen (incluso mental) de un hombre “elefante” no es de lo más alentadora, sexy o tentadora, sino todo lo contrario, algo así como enfrentarse a la posibilidad de morir empalada a manera del relato de la patrona “golosa” :S

miércoles, marzo 21, 2007 12:04:00 p. m.  
Blogger raudor said...

Aaaaah, el misticismo de Rumi, no? ;)

miércoles, marzo 21, 2007 12:06:00 p. m.  
Blogger The Flaming Lipps said...

¡Claro! La moraleja vendría a ser algo así como: pare gozar en extremo sino desea una muerte dolorosa que se lleve todo su placer (como mínimo).

miércoles, marzo 21, 2007 12:19:00 p. m.  
Blogger Vajrapani said...

P ha parecido estupendo. Escrito deor la más pura casualidad he llegado a su Blog. Me una manera fresca y llena de gracia.

Son todas pequeñas historias, realmente entretenidas, que al finalizarla uno quiere leer la próxima.

Es bueno notar que después de un año y medio ha vuelto a postear. Quizás la próxima se demore un poco menos.

Mis saludos a usted.

viernes, julio 06, 2007 1:24:00 a. m.  
Blogger Vajrapani said...

No se que ocurrió y el primer párrafo de mi comentario salió con errores. Correción:

He llegado a su blog por la más pura casualidad. Me ha parecido estupendo, escrito de una manera fresca y llena de graca.

viernes, julio 06, 2007 1:27:00 a. m.  
Blogger david rojas said...

Encontré tu blog, leí este post y quede encantado; ya te agregué a mis favoritos!

Un saludo, nos vemos!

miércoles, marzo 19, 2008 9:38:00 a. m.  

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