The Flaming Lipps

Anécdotas variopintas a través de una boca en llamas.

miércoles, marzo 21, 2007

El Arte Del Striptease Casero

Prueba y Error al Contar Chistes Rosas

PASEO INMORAL (Rock)

Música: Gustavo Cerati
Letra: Bochatón - Gustavo Cerati

Comencé
a girar como un reloj
hoy el oro está en mi piel
Desperté
las ideas fueron más
puedo obviarlas y esperar.

Estoy detrás del corazón
moviéndolo lentamente.
Sigo detrás del corazón
moviéndolo lentamente.

Háblame
no logré sobrevivir
dentro del caparazón.
Y después
un paseo inmoral
noches de longevidad.

Estoy detrás del corazón
moviéndolo lentamente.
Sigo detrás del corazón
moviéndolo lentamente.

Te creé
como un gran inventor…

Alguna vez querrás saber
la dirección para volver
al origen que al principio fue.

Un paseo inmoral…
___________________________________________________

Cierto sábado familiar durante la primavera de 1988, Fabián, el primo mayor de Fran, decidió hacer sobremesa contando un chiste “rosa” (calificado como tal porque el contenido no es suficiente para ascender a chiste colorado). Fabián puso cara de circunstancia, es decir, la clásica mirada pícara/inocente/boluda de cuando cuenta algo condimentado, aclaró la garganta y empezó el relato:

- Se ubican de mi amigo Negro Zuazo ¿no? ya saben, el que baila salsa como si fuera caribeño. Bueno el sábado pasado fuimos a la discoteca y al llegar a la barra se fijó en una morocha con un cuerpo infartante, la morocha vestía una minifalda de jean y bailaba en la pista hecha a la desentendida ¡qué mujerón! es más si uno busca en la enciclopedia la definición de “sexy” sale la foto de la morocha en mini.

La familia de Fran empezó a sonreír; la enana en cambio no emitía sonido alguno, se limitaba a mirar intrigada a su primo. Fabián notó que el relato tenía éxito y prosiguió:

- Como todos saben el Negro Zuazo se hace al canchero, pero es más tímido que un niño en su primer día de clases. Decidió optar por el famoso “traguito de valor”, parece que el Negro nunca fue bueno con el asunto de las matemáticas porque se le pasó la mano con el cálculo, no andaba “chispeado” sino totalmente “iluminado”. Era tan poca la sangre que tenía en su torrente alcohólico que se le soltó la lengua como si le pagaran por hablar.

Empezaron a aparecer las miradas cómplices en la familia; Fran seguía intrigada.

- Le aconsejé al Negro Zuazo que en el estado en que se encontraba, probablemente no era buena idea acercarse a la morocha para aplicar la estrategia de la conquista… pero ustedes saben que el Negro es diez veces más terco cuando está con tragos encima. Dijo que rompería el hielo con un tierno chistecito, me preparé para esperar lo peor.

La historia debía estar buena a ojos de la familia de Fran, porque incluso la abuela Esperanza se acomodó su aparato en la oreja; Fran se acercó más a la mesa y siguió escuchando con atención.

- Vi cómo el Negro Zuazo se alejaba de mí y se acercaba a la morocha, debió saludarla porque ésta le sonrió coqueta sin parar de bailar… el Negro no se iba a dar por vencido, me miró y guiñó un ojo. El Negro siguió hablándole a la morocha, ella paró de bailar y lo miraba sonriente, de pronto el Negro metió las manos a los bolsillos de su pantalón y los jaló hacia fuera. Yo pensaba: “¿Qué está haciendo este tarado? ¿Le habrá dicho que anda con poca plata?” En eso me di la vuelta para buscar mi trago y cuando volví a fijarme en los tortolitos, encontré al Negro Zuazo tirado en la pista de baile y a la morocha alejándose furiosa moviendo el batán.

- Corrí hacia el Negro que se encontraba medio inconsciente, lo levanté, lo sacudí un poco para que despertara y empecé a preguntarle insistentemente: ¿Oye animal qué le dijiste a la morocha que se puso como una fiera? Responde gil ¿qué le dijiste a la morocha?

- Creo que no le gustó mi chiste Fabián me dijo el Negro medio aturdido aún.

- ¿Cuál chiste?

- Le pregunté si le gustaban los animalitos y ella dijo que sí, luego le pregunté si alguna vez había visto a un elefante en vivo y directo y ella dijo que no. Entonces saqué los bolsillos de mi pantalón y le dije: “Estas son las orejitas ¿ahora quieres ver la trompita?”… luego a la morocha se le descolocó la cara y me metió un revés que me lanzó al suelo.

La risa de la familia de Fran estalló a carcajadas; la abuela Esperanza procuraba mostrarse seria, sin embargo la risa se les escapaba por la dentadura postiza mientras trataba de controlarse; Fran reía de buena manera porque también había captado el chiste y miraba a su primo, con los bolsillos afuera y la cara de angelito después de haber finalizado su interpretación.

La enana desde los 4 años tenía claro que la diferencia entre niños y niñas iba más allá de los colores rosa y celeste de las botitas de lana. Un día cuando fueron a visitar a los tíos Mustafá, Fran y su primo Dylan, un año mayor que ella, tuvieron ganas de orinar, ninguno de los dos podía aguantar más y sólo había un baño en la casa. Dylan encontró una solución simple, Fran utilizaría el retrete y él su antiguo bacín.

La petiza nunca había pensado en los niños como “elefantitos”, pero después de escuchar el chiste de Fabián encontró que la comparación resultaba genial y decidió contárselo a Sofía al día siguiente cuando fuera a recogerla para ir juntas a la casa de Diana, una ex compañera de kinder garden de su amiga.

Sofía río de tan buena manera al enterarse de la existencia de los “elefantitos” que insistió a Fran para que se lo contara a Diana, la enana no estaba segura de soltar un chiste rosa a una persona que sólo conocía de vista, a decir verdad, Fran tenía el presentimiento de que la cosa podría salir muy mal.

Diana vivía a 6 cuadras de la casa de Fran así que llegaron en automóvil en menos de 5 minutos. Diana era una enana de pinta rara, parecía una muñeca exótica: morena de ojos color miel (casi del tono de su piel), cabello sumamente crespo, rubio y grueso, siempre controlado en un par de gruesas trenzas, de estatura alta para la media y con sonrisa de conejo, dientes blancos y grandes.

En esa época estaba de moda la serie animada de Alf, la madre de Diana acomodó a las niñas en la sala de estar, con la televisión encendida, la mesa llena de juguetes, galletas y jugo de frutas, además de la “bendición” de estar solas en el ambiente para no sentirse cohibidas. Mala idea meditaría en la noche Fran.

Pasaron buen tiempo jugando, Sofía era fanática de las tramas que Fran creaba para los juegos y Diana no fue la excepción. A las dos horas de haber llegado, Sofía no cesaba de meter codazos a Fran tratando de incitarla a contar el chiste del elefantito, la enana se resistía a la idea; pero tanto va el cántaro al agua, que éste finalmente se rompe. Fran se acomodó el cerquillo y le preguntó a Diana si quería oír un chiste, la enana mostró los dientes de conejo y asintió con la cabeza. Fran se puso de pie y le contó la anécdota del Negro Zuazo de manera resumida, incluso con actuación tal y como lo hizo su primo, ni bien la enana sacó los bolsillos del pantalón, Diana comenzó a sacudirse en violentas convulsiones de risa histérica mientras gritaba “el elefantito, el elefantito”; Fran se asustó ante esa reacción y miró confundida a Sofía quién le devolvió la misma mirada.

- Oye Sofía, creo que tu amiga está enferma, esa risa no parece ser normal murmuró Fran a su amiga, mientras esta asentía muda.

Luego ante la sopresa de ambas petizas, Diana se puso de pie aún con cara de loca y empezó lo peor de la tarde.

- Alguna vez vieron a un elefantito en vivo y directo repitió Diana ante la confusión del par de enanas.

- ¡Aquí está el elefantito! Diana se bajó de un solo tirón pantalón y ropa interior, empezó a dar vueltas en su lugar frenéticamente mientras reía a carcajadas.

Las caras de Fran y Sofía eran un poema al horror y al desconcierto, lo que se conoce ahora de manera irónica como un momento Kodak. Lo peor no fue la interpretación del chiste por parte de Diana, sino que repitió dicha acción hasta el final de la tarde cuando fue hora de que las petizas regresaran a sus respectivas casas.

En asiento trasero del automóvil de los papás de Fran las enanas comentaron en voz baja el giro inesperado que tomó la tarde.

- Sofía, nunca más hago caso a tus pedidos.

- Pero Fran cómo iba a saber yo que a Diana le falta un tornillo.

- ¡Varios tornillos y todas las tuercas! Nunca más vuelvo a jugar con esa niña.

Tal fue la impresión de Fran ante el primer striptease no solicitado, que tardó en contar la anécdota cerca a veinte años, además de decidir no volver a mencionar el chiste del elefantito. Pasados los años llegó a la conclusión de que si bien dicho chiste no era buen material para hombres ni mujeres, en las féminas resultaba ilógico porque al animal le faltaba la trompa, es decir más que elefante, lo de Diana fue un manatí.

jueves, octubre 06, 2005

Hace Falta dos Para Bailar el Tango

CUESTA ABAJO (Tango)

Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera

Si arrastré por este mundo
la vergüenza de haber sido
y el dolor de ya no ser.
Bajo el ala del sombrero
cuantas veces, embozada,
una lágrima asomada
yo no pude contener...
Si crucé por los caminos
como un paria que el destino
se empeñó en deshacer;
si fui flojo, si fui ciego,
sólo quiero que hoy comprendan
el valor que representa
el coraje de querer.

Era, para mí, la vida entera,
como un sol de primavera,
mi esperanza y mi pasión.
Sabía que en el mundo no cabía
toda la humilde alegría
de mi pobre corazón.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada,
las ilusiones pasadas
yo no las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá.

Por seguir tras de su huella
yo bebí incansablemente
en mi copa de dolor,
pero nadie comprendía
que, si todo yo lo daba
en cada vuelta dejaba
pedazos de corazón.
Ahora, triste, en la pendiente,
solitario y ya vencido
yo me quiero confesar:
si aquella boca mentía
el amor que me ofrecía,
por aquellos ojos brujos
yo habría dado siempre más.
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Fran solía ser una niña sumamente inocente antes de conocer a Sofía. Por ejemplo pensaba que los bebés venían al mundo por medio de un beso en los labios entre el padre y la madre de la futura criatura; pero no un beso cualquiera, sino un BESO de común acuerdo entre ambas partes con el fin de engendrar un crío, la lógica para tal hipótesis era simple, Fran no hallaba otra manera para que la “semilla” de la mamá se uniera con la “semilla” del papá; la enana también creía que todo nacimiento era a través de cesárea, ¿de qué otra forma sino podría salir el bebé de la panza de la mamá?

Cierta tarde de 1986, Fran encontró a sus dos perros collie en una posición comprometedora y dolorosa, Duque y Layla miraban en sentidos opuestos unidos por un “chorizo” venoso violáceo, Duque no paraba de aullar de manera lastimera y Layla estaba desesperada por zafarse. Fran se puso a llorar a gritos y fue en busca de sus padres pensando que sus perros estaban agonizando.

- ¡¡¡Papaaaá!!! ¡¡¡Mamaaaá!!!

Beatriz, la madre de la enana, salió apresurada al pasillo para encontrar a su hija.

- ¿Qué tienes Fran? ¿Te lastimaste hijita? ¿Por qué lloras?

- Mami algo les pasa a Duque y Layla, no sé de cómo se unieron por atrás y no los puedo soltar, están sufriendo mucho, yo creo que se me mueren.

Beatriz sabía que Layla había entrado en celo hace diez días y supuso de qué hablaba su hija, tragó en seco y dijo:

- Fran respira, sécate las lágrimas, cálmate mi niña, estoy segura que los perritos están bien. Ahora vamos al jardín para que te explique algo.

Sentadas madre e hija en las gradas del patio permanecieron calladas por unos minutos, Beatriz acariciaba la cabeza de la enana mientras la tranquilizaba, luego tomó aire y prosiguió:

- Fran querida, los perritos no se están muriendo, ni están enfermos.

- ¿Entonces qué les pasa ma? ¿Por qué lloran? ¿Por qué están pegados?

- Porque Layla y Duque están haciendo bebés hijita.

- ¿Estás segura mami? ¿Y los perritos se van a soltar o van a permanecer así unidos para siempre?

- Sí Fran estoy segura y no te preocupes por Duque y Layla, dales unos minutos y verás que se soltarán.- Beatriz besó a su hija en la frente y luego le preguntó- ¿Tienes más dudas mi niña?

- No mami.

- ¿Entonces se te antoja gelatina de naranja?

- Ya ma, gracias.

Beatriz se fue a la cocina y la enana en silencio empezó a procesar la información recibida, concluyó que los perros no tienen labios como las personas, por eso no pueden besarse y hacer bebés de esa manera… viéndolo así, era lógico que buscaran otra forma para la unión de las semillas de los papás, aunque pareciera dolorosa e incómoda.

Si Fran era la inocencia hecha niña, no era el caso de Sofía que era un demonio hecho cría. Sofía desde diciembre de 1987 tenía clara la figura de la reproducción humana porque se lo preguntó directamente a Celia, su madre, quién sin pelos en la lengua se saltó las metáforas de semillitas, abejitas y flores para ir directo al grano.

Una tarde de febrero en 1988 las enanas jugaban con Barbie y Ken, el muñeco había pedido la mano de la muñeca y pronto se casarían, oportunidad que Sofía supo aprovechar.

- ¿Oye Fran tú sabes cómo se hacen los bebés?

- Sí Sofía, la mamá y el papá se dan un beso especial que junta la semilla de la mamá con la del papá para formar un bebé. Al principio es muy, pero muy chiquito, luego va creciendo dentro de la mamá y se alimenta a través del ombligo, nueve meses después operan a la mamá para sacarle el bebé de la panza.

- Mi mamá me contó otra historia un poco distinta a esa Fran.

- ¿Y qué te dijo tu mamá Sofía?

- ¿Te acuerdas de lo que les pasó a Duque y Layla?

- Claro, cómo olvidarlo si me llevé el susto de mi vida.

- Bueno en las personas es algo similar. El papá y la mamá se unen por los pipís, así se juntan las semillas, el bebé crece y nueve meses después sale por uno de los tres agujeritos que tienen las mujeres. Uno es para que salga la caca, el otro para hacer pis, y el otro para recibir al bebé.

- ¿Estás segura Sofía?- Suerte que la enana mencionó los “diferentes huecos”, Fran hace pocos días había visto las ilustraciones de un libro de reproducción de una compañerita y al llegar al dibujo del parto, la mamá parecía estar botando una caca con patas, que no era otra que su amado bebé.

- Sí Fran estoy segura, así me contó mi mamá cuando le pregunte de cómo se forman los bebés.

- ¿Y ese método sirve para todos los bebés?

- Eh… humm… buena pregunta… supongo que sólo para el primero Fran, los otros bebés se deben forman por el método del beso.

- ¡Ah! Así sí tiene sentido.

Dos semanas después las enanas volvieron a juntarse para planificar la boda de Ken y Barbie, tenían pendientes la elaboración de los partes de matrimonio, definir cuáles de sus amigas estarían invitadas a la boda, escoger las masitas para la recepción, además que Sofía tenía nuevos datos sobre la reproducción que se moría por compartir con la enana.

- Oye Fran te cuento que te le pregunté a mi mamá si los demás bebés se formaban con el método del beso.

- ¿Y qué te dijo tu mamá Sofía?

- Que no, que los papás se dan besos porque se quieren mucho; pero que los besos no forman bebés, el único método que forma bebés es el que te conté, como el que viste en tus perritos.

- ¡Vaya! las cosas que una se viene a enterar.

Esa tarde, las enanas ultimaron los detalles de la boda, probaron a Barbie su vestido, imprimieron las invitaciones y vieron cuál sería el molde ideal para la mini torta. Todo debía ser pequeño, a escala de los muñecos.

Si bien la “clase de educación sexual” que le dio Sofía a Fran mató algo de la inocencia de la mocosa, siquiera no le causó un trauma como el que tuvo Camila Matsi durante muchos años. Cierta tarde, cuando las primas Matsi jugaban con Barbie y Ken (para variar) Milenka, tres años mayor que Camila, le dijo que la mujer se embaraza cuando el hombre orina en ella. Imagino que la cara de la mayor de las Matsi debió ser un solo de horror gracias a tamaña desinformación, mínimo Milenka le creó urofobia (miedo a la orina o a orinar); asumo que a la larga Camila debió vencer su pánico a los penes, sino no estaría embarazada ahora.

La boda de Ken y Barbie fue un éxito, Sofía tocó la marcha nupcial en los teclados; Celia, su madre, preparó la torta rellena con leche condensada; diez enanas fueron invitadas a la boda con sus respectivos muñecos y muñecas. Para todas fue una fiesta muy divertida sin mayores complicaciones, lo difícil vino luego durante la “luna de miel” de los recién casados.

Jugando en el jardín con un balde de agua que servía de piscina para Barbie y Ken, Sofía y Fran llegaron a la conclusión de que era momento de que la muñeca se embarazara, tendieron una toalla en el pasto y dieron rienda suelta a la pasión desenfrenada de los recién casados. Posiblemente ésa haya sido la primera porno casera para el par de enanas, las risitas de libidinosas sirvieron de fondo musical a la candente escena. Muchos años después en una de las típicas reuniones de té entre ex compañeras de colegio, Fran y Sofía se enteraron de que no fueron las únicas que convirtieron a Barbie y Ken en estrellas porno, por lo visto es una etapa que la mayoría de las enanas experimentaron, experimentan y experimentarán, para el horror de madres puritanas.

La educación sexual en muchos hogares ha cambiado desde que Fran fuera una niña, para muestra basta la anécdota que tuvo la ex enana con Nacho, su hermano menor, de 7 años de edad. Cuando Fran contó que Camila y Manuel se casaron hace un tiempo atrás y que esperan su primer hijo, Nacho se puso de pie y sonriendo pícaramente dijo:

- ¡Ah! Ya sé qué hicieron durante su luna de miel.

- ¿De qué estás hablando Nacho?- preguntó Fran sorprendida mirando al precoz mocoso.

- Sí, es que los papis me alquilaron un video que se llama “¿De dónde venimos?” y ahí mostraban en dibujos animados que un papá y una mamá se aman mucho y deciden tener un bebé y de repente hay una competencia de natación entre los espermatozoides para conquistar al óvulo que les hace barra al final de la piscina, los espermatozoides nadan en una piscina llena de un líquido llamado “seven”, así como la gaseosa Seven Up. El primer espermatozoide que llegue a la meta se gana el derecho de bailar tango con el óvulo…

- Espera Nacho ¿esto lo viste en un video?

- ¡Sí Fran! ¡¡¡viste que no me escuchas!!! Te dije que los papis me alquilaron la película de dibujos animados “¿De dónde venimos?”.

- Mira tú las cosas que me he perdido… ¿me decías que el espermatozoide y el óvulo bailan un tango?

- Sí, ahora deja que te cuente el resto de la película…

miércoles, septiembre 28, 2005

El Perfecto Boludo

BALADA DEL BOLUDO (Poema)

Isidoro Blaisten

Por mirar el otoño
perdía el tren del verano.
Usaba el corazón en la corbata.
Se subía a una nube,
cuando todos bajaban.

Su madre le decía:
No mires las estrellas para abajo,
no mires la lluvia desde arriba.
No camines las calles con la cara,
no ensucies la camisa;
no lleves tu corazón bajo la lluvia, que se moja.
No des la espalda al llanto,
no vayas vestido de ventana,
no compres ningún tílburi en desuso.

Mirá tu primo el recto
que duerme por las noches.
Mirá tu primo el justo
que almuerza y se sonríe.
Mirá tu primo el probo
puso un banco en el cielo.
Tu cuñado el astuto
que ahora alquila la lluvia.
Tu otro primo el sagaz
que es gerente en la luna.

- Tienes razón, mamá- dijo el boludo
y se bebió una rosa.
- No seré más boludo-
y se bajó del viento.
- Seré astuto y zahorí-
y dio vuelta una estrella para abajo
y se metió en el subte
y quedaron las gaviotas.

Entonces vinieron los parientes ricos
y le dijeron:
- Eres pobre, pero ningún boludo.
Y el boludo fue ningún boludo
y quemaba en las plazas
las hojas que molestan en otoño.
Y llegó fin de mes.
Cobró su primer sueldo
y se compró cinco minutos de boludo.

Entonces vinieron las fuerzas vivas
y le dijeron:
- Has vuelto a ser boludo, boludo.
- Seguirás siendo el mismo boludo de siempre.
- Debes dejar de ser boludo, boludo.

Y medio boludo,
con esos cinco minutos de boludo,
dudaba entre ser ningún boludo
o seguir siendo boludo para siempre.
Dudaba como un boludo.
Y subió las escaleras para abajo,
hizo un hoyo en la tierra
miraba las estrellas.
La gente le pisaba la cabeza,
le gritaba boludo.
Y él seguía mirando
a través de los zapatos
como un boludo.

Entonces vino un alegre y le dijo:
- Boludo alegre.
Vino un pobre y le dijo:
- Pobre boludo.
Vino un triste y le dijo:
- Triste boludo.
Vino un pastor protestante y le dijo:
- Reverendo boludo.
Vino un cura católico y le dijo:
- Sacrosanto boludo.
Vino un rabino judío y le dijo:
- Judío boludo.
Vino su madre y le dijo:
- Hijo, no seas boludo.
Vino una mujer de ojos azules y le dijo:
- Te quiero.
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CLASIFICACIÓN DE LOS TIPOS DE BOLUDO (Chiste)

1.- Boludo Abúlico: Hace boludeces sin apuro.

2.- Boludo Alegre: Se ríe de boludeces.

3.- Boludo Ambicioso: Sueña con ser un gran boludo.

4.- Boludo Amigable: Se hace amigo de todos los boludos.

5.- Boludo Analizado: Hace falta que le digan que es boludo.

6.- Boludo Aplicado: Se preocupa por aprender boludeces.

7.- Boludo Cara: Es normal, pero tiene cara de boludo.

8.- Boludo Completo: Tiene cara de boludo, facha de boludo y además es boludo.

9.- Boludo Conciente: Sabe que es boludo.

10.- Boludo Convicto: Lo sentenciaron por boludo.

11.- Boludo Creyente: Cree en un montón de boludeces.

12.- Boludo Demagogo: Cree que el pueblo es boludo.

13.- Boludo Enciclopédico: Sabe un montón de boludeces.

14.- Boludo Esférico: Por todos lados es boludo.

15.- Boludo Expiatorio: Es un boludo que a veces resulta útil.

16.- Boludo Facha: Es normal, pero tiene facha de boludo.

17.- Boludo Fosforescente: Hasta de noche se nota que es boludo.

18.- Boludo Histérico: Se enoja cuando le dicen boludo.

19.- Boludo Incapaz: Hace mal las boludeces.

20.- Boludo Inédito: Ni él mismo sabe que es boludo.

21.- Boludo Introvertido: A nadie le cuenta sus boludeces.

22.- Boludo Laborioso: Todo el día hace boludeces.

23.- Boludo Líder: Lo siguen los boludos.

24.- Boludo Literario: Escribe un montón de boludeces.

25.- Boludo Optimista: Cree que él no es boludo.

26.- Boludo Pelado: No tiene ni un pelo de boludo.

27.- Boludo Pesimista: Cree que sólo él es boludo.

28.- Boludo Petulante: Se enorgullece de ser boludo.

29.- Boludo Repetitivo: Es muy, pero muy boludo.

30.- Boludo Sangre Azul: Nieto e hijo de nobles boludos.

31.- Boludo Simpático: Hace reír con sus boludeces.

32.- Boludo Telescópico: Desde lejos se nota que es boludo.

33.- Boludo Tenaz: Se esfuerza por ser boludo.

34.- Boludo Valiente: Es capaz de dar la vida porboludeces.
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Hazte al boludo y vivirás feliz. (Refrán Popular)
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Un poema, un chiste y un refrán con un tema en común: “el boludo”. Tenía 15 años la primera vez que leí “Balada del Boludo” de Isidoro Blaisten, contaba aproximadamente con 20 años cuando me contaron por primera vez el chiste sobre la clasificación de los tipos de boludo; sin embargo no recuerdo qué edad tenía cuando escuché por vez primera “el refrán” que muchos aconsejan cuando te ven enojado o atribulado. Lo cierto es que los boludos nos rodean y lo que es peor, se multiplican a tal grado que son objeto de odas, dichos, canciones e incluso análisis.

Algo bueno deben tener los boludos, de otra manera no me explico por qué tanto interés en ellos. Quizás Fran sea la más apropiada para hablar sobre ellos, los ha tenido de todas las edades, tamaños y colores; es más, según Sofía, Fran tiene un ojo único para encontrar el perfecto boludo.

Durante un fin de semana en el que las amigas se fueron de viaje, Sofía decidió clasificar los boludos que tuvo Fran para elaborar un mejor análisis.

- Fran, he llegado a la triste conclusión de que tienes un ojo “privilegiado” para el perfecto boludo, ninguno se repitió.

- ¿Ah sí? ¿Y cuáles son los tipos de boludo que encontraste? Debo saber sus características para que el siguiente no me resulte también boludo.- Fran levantaba la ceja izquierda con mira escéptica y sonrisa pícara.

- Mira que tienes un manojo variado de boludos, casi me animaría a decir que los escogiste con pinza, te describiré los seis personajes al azar:

1.- El penne a la putanesca: Es un rubio que al principio parece desabrido, luego al conocerlo mejor descubres que está lleno de sabor; pero al final resulta ser un maníaco con actitudes infantiles, posiblemente miembro de la mafia siciliana. Cuídate de sus ojos verde oliva, esa mirada de angelito engaña poderosamente.

2.- El bossa nova: Es un morocho con ritmo en la sangre, tanto ritmo tiene que es capaz de contagiarte incluso a ti Fran, que eres la descoordinación hecha mujer, ya te imagino bailando lambada. Es un solo de cadencia, sumamente peligroso porque llega a ser meloso, se te prende como sanguijuela y luego no hay forma de que te suelte, ni siquiera con una palanca. Es difícil respirar con un espécimen así.

3.- El teddy bear: Es el colmo de tiernoso, sospecho que incluso tiene los testículos de peluche. Es detallista, siempre pendiente de ti. No tiene malicia, no entiende los chistes de doble sentido, te llena las manos con besos. Dice cada disparate cuando quiere “defenderte”, por ejemplo si alguien le dice en voz alta que metiste la pata, él responderá sonriente que no pasa nada, que en realidad te estás volviendo normal.

4.- El duende: Es el hippie que marea la perdiz con cuentos de hadas y sapos encantados que gustan ver los cisnes en la laguna. Es un ser flaco, de pequeño tamaño, orejas puntiagudas, nariz grande y cabello largo. Tiene una personalidad egoísta, alocada y burlona; se entretiene siendo redundante, por eso en sus discusiones nunca va al grano. Cuídate de escucharlo tocar la flauta de Pan, porque puedes quedar hipnotizada.

5.- El lobo estepario: Es un clásico gótico sombrío y repleto de tempestades internas, por un lado el hombre; por el otro, el lobo. Ambas mitades se rechazan entre sí, razón por la cual siempre será un sujeto conflictivo y taciturno. Su personalidad hipersensible y su misantropía pueden resultar peculiares al comienzo; sin embargo luego te darás cuenta que es sumamente peligroso estar parada en la boca del lobo.

6.- El gremlin: Es un pelirrojo que al principio parece tierno como un animal de felpa, ojitos dormidos y sonrisa babosa. Luego descubres que tiene personalidad altamente inflamable, debes estar conciente que puede estallar por cualquier cosa; con horror te das cuenta que es glotón, hidrofóbico y ama con verdadera pasión la etapa anal de Freud. Es de esperarse que algún momento te llame “cariñosamente” Gismo caca, o en tu caso Fran caca, y pretenda que hagas el trabajo por él.

- Sofía creo que el clima lluvioso de los últimos días te ha afectado.

- ¿Por qué lo dices Fran?

- ¡Porque no paras de hablar humedades! Realmente mujer, no eres más burra porque te faltan orejas.

- Pero en serio Fran que todo lo que te he dicho es verdad, además no tienes la culpa de que te llegaran boludos miopes.

- ¿A qué te refieres con “boludos miopes”?

- Claro, los boludos miopes son aquellos que recién cuando los tienes muy de cerca te das cuenta que son boludos.

- Jajajaja touché Sofía, ahora no digas más.

- Espera Fran tengo un consejo para ti.

- ¿Y qué consejo sería?

- Que pidas cita al oculista para descartar cualquier problema, porque Fran con esa vista “aguda” ¡has tenido un zoológico de boludos!

miércoles, septiembre 21, 2005

Top Ten de Mitos en la Sexualidad

Qué mejor tema para un 21 de septiembre, inicio de la primavera, día del amor, de la juventud, del estudiante, del médico… o como dijo un amigo:

- Básicamente es el día del estudiante de ginecología y/o urología.

10.- El hombre que se masturba, tarde o temprano, quedará ciego y tendrá las palmas de las manos velludas.

9.- No es necesario utilizar métodos anticonceptivos la primera vez que se tienen relaciones con una virgen, porque el himen la protege del embarazo.

8.- Cuánto mayor sea el tamaño del pene, mayor placer se obtiene y mayor placer se proporciona a la pareja.

7.- La sexualidad comienza cuando se empiezan a tener relaciones con penetración.

6.- Existen normas “de buena conducta” que dicen lo que es normal y anormal en sexualidad.

5.- Todos los problemas de pareja se arreglan en la cama, si el sexo realmente funciona, la pareja funciona.

4.- El orgasmo es más placentero si ambas personas llegan a la vez, además el orgasmo es obligatorio en la relación sexual porque sin él no hay sexualidad.

3.- La mujer que lleva preservativos en el bolso es una provocadora, porque es el hombre por naturaleza quien debe tener la iniciativa en las relaciones sexuales.

2.- La educación sexual incita a que los niños tengan relaciones sexuales prematuras.

1.- Hay que “circuncidar”¹ a las mujeres para que no sean infieles, ni libertinas. ¹(Léase mutilar los genitales)
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Fran y Sofía conocieron a Camila y Nina (las hermanas Matsi) en febrero de 1986, Camila era compañera de curso de las enanas, Nina es dos años menor. Las Matsi provienen de un hogar 100 % puritano y religioso: padre celoso/sobreprotector, madre mojigata/parca y hermano menor “oveja negra”, como suele suceder.

Camila tuvo “más suerte” en el amor que su hermana menor, quizás porque Nina siempre fue una muchacha de carnes generosas (como diría mi abuelo), detalle que la cohibió por mucho tiempo.

Sofía era conocida de manera extraoficial como la “doctorcita del curso”, los que tenían cierta confidencialidad con ella solían buscarla para plantearle preguntas respecto a la sexualidad. No es que Sofía estuviera de ida y de vuelta en el tema, sencillamente era muy curiosa y leía todo lo que podía sobre el tópico porque nunca lo consideró tabú, además que la enana siempre creyó ciegamente en el refrán: Mujer precavida vale por dos.

Las enanas habían entrado en la adolescencia y todas las compañeras de curso solían reunirse cada cuatro meses para tomar té y cuchichear. Días antes de Semana Santa se dio la primera reunión de té, no hay nada más entretenido y exasperante que estar en medio de una jauría de adolescentes: risas nerviosas, gritos estridentes, pelambre variado.

Todas las enanas estaban sentadas en el piso formando un gran círculo, jugaban botella (pregunta ~ respuesta) a diestra y siniestra. Karina tosió un poco y cortó el juego de golpe sin respetar el turno de su compañera, sonrió y lanzó la pregunta que la intrigaba desde hace unos días:

- ¿Oye Sofi es cierto que las mujeres se pueden masturbar?

Camila Matsi se atragantó con la galleta que comía y empezó a toser como si estuviera poseída, luego gritó por unos segundos mientras se tapaba los oídos y cerraba los ojos:

- ¡Yo no quiero escuchar! ¡Yo no quiero escuchar! ¡Yo no quiero escuchar!

Las enanas miraron la escena divertidas y en silencio esperaron la respuesta de Sofía:

- Kari claro que las mujeres se pueden masturbar.

- ¿Pero cómo Sofi? Es decir no entiendo, si nosotras no tenemos… bueno, tú sabes… eh, pene.

Sofía miró de reojo a Fran con picardía y aclaró las dudas de las enanas a grandes rasgos, finalmente no era la Dra. Ochoa en Hablemos de Sexo. Las caras de las adolescentes eran un poema, parecía que esas cabecitas empezaron a funcionar a mil por hora.

Camila abrió los ojos lentamente y se fijó que nadie movía los labios. Se paró súbitamente, se arregló el cabello y fingió haber recordado un compromiso que tenía esa misma tarde; hecha a la desentendida, se despidió rápidamente de sus compañeras y puso los pies en polvorosa. Las enanas continuaron chismeando y comiendo masitas varias durante un par de horas más.

La mayor de las Matsi siempre fue una rara mezcla entre puritanismo, curiosidad y paranoia; por ejemplo detesta utilizar el metro porque piensa que algún maníaco podría esconderse detrás de un pilar y atacarla cuando esté desprevenida, por eso de lejos prefiere viajar en micro a pesar de los “artistas” callejeros. Uno de los pasatiempos favoritos de Camila fue de poner en aprietos a su hermana menor con ciertas preguntas; pero no contó con la astucia de su hermana.

La menor de las Matsi ha ido cambiando poco a poco su forma de pensar, cuando era chiquilla siempre respondía con un NO rotundo a la pregunta de relaciones prematrimoniales, incluso día antes de la boda con su prometido (como respondió en algún té). Nina solía pensar que la virginidad sería su regalo de bodas y que le diría a su futuro esposo: “Toma, de mí para ti”. Siendo bioquímica más de una vez tuvo que hacer estudios en individuos con ETS y las cosas empezaron a cambiar en su cabeza.

Nina, aún de adulta, tenía la habilidad social de una ostra, por eso a nadie le extrañó que decidiera probar con las salas de Chat, le habían comentado que las personas se desinhiben completamente ante un monitor. Después de unos meses inició conversación con Alejandro, un periodista mexicano que viajaba con frecuencia para fotografiar y relatar los diferentes festejos típicos de los países de América Latina. Pasado el tiempo Alejandro visitó nuestro país, Nina estaba chocha como gallina clueca, por fin conocería a su Romeo en vivo y directo (no en muerto y diferido, como diría otro amigo).

Una semana había pasado desde que Alejandro llegara a nuestra tierra cuando la curiosidad de Camila fue más fuerte que su voluntad, decidió que no perdería otro minuto e interrogaría a su hermana. Un sábado en la mañana mientras las hermanas Matsi desayunaban Camila empezó con las indirectas:

- ¿Y cómo te ha ido con Alejandro?

- Bien, es divertido, inteligente e interesante.

- ¡Ah! ¿Y no te duelen los labios y el paladar?

- ¿Cómo dices?- Nina levantó una ceja y miró a su hermana.

- Sí, tú sabes, dicen que duele la primera vez - Camila pensó que su hermana “¡por fin había sido besada!” y que con esa pregunta la pondría en aprietos.

- ¡Ah te refieres al sexo oral! Te cuento que fue de lo más cómodo.

Camila se puso colorada, el café se le fue por otro camino y empezó a toser como endemoniada, luego gritó:

- ¡¿Nina pero cómo se te ocurre decirme eso?!

- ¿Y a ti Camila quién te manda preguntar lo que no debes? Guarda distancia, que yo no ando interrogándote.

Desde ese día la mayor de las Matsi le tuvo un nuevo respeto a Nina y se olvidó por completo de las “indirectas directas”. Sin embargo las anécdotas de Camila no terminan aquí, una noche cuando todos los Matsi dormían se escuchó un estruendo en la ventana de uno de los cuartos. Camila era la única de sueño ligero en la familia así que se despertó de un brinco, temblando se acercó a la ventana de su cuarto y ahí pillo a su enamorado aferrado de la cornisa, en el jardín de edificio se veía una escalera tumbada y un bulto entre los matorrales que se reía a carcajadas.

- Camila soy Fabián, quería darte una sorpresa pegando en tu ventana un corazón hecho con flores, ábreme la ventana por favor.

- ¡Estás loco Fabián! Yo no te hago entrar a mi cuarto por nada, imagínate que mi padre te encuentre aquí dentro.

- Cami, amor por favor, que me estoy cayendo.

- ¡No, no y mil veces no!

- Camilita prometo que saldré por la puerta sin hacer ruido, no me quedaré ni un minuto. ¡Que me caigo!

- ¡Cállate! Que mi papá se puede despertar y nos mata a los dos.

- Cielito lindo se me están soltando los dedos.

- ¡Ya te dije que no! Y ahora me voy a la cama para olvidarme de todo este escándalo.- Camila de un golpe cerró las cortinas de su cuarto.

De los matorrales salió el mejor amigo de Fabián y situó la escalera justo a tiempo para que “el valiente enamorado” bajara. Han pasado siete años desde aquel incidente y la historia ha convertido en una leyenda urbana, poco saben que en realidad es cierta.

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Post Data

Hace unas semanas atrás nos enteramos que Camila se casó con Manuel, su primer amor de colegio, y que está esperando familia. Cuando Ana, la hermana mayor de Sofía, supo el nuevo chisme no paró de reír diciendo:

- Viste Sofi, esto le pasó a Camila por… ¡no querer escuchar! ¡no querer escuchar! ¡no querer escuchar!

martes, septiembre 20, 2005

Niña Dame Bola

Fran tenía una coordinación perfecta entre cerebro y boca, incluso durante una época fue conocida como “la lengua de oro”, no había compañerito ni adulto capaz de hacerle frente a los insultos elaborados que soltaba la enana. Diego era el típico vecino hiperactivo cual gonococo que solía molestarla en el bus escolar, pero sin provocarla lo suficiente como para recibir un regalo de “la lengua de oro”.

Es sabido que el día temido por todo niño o niña es aquél en la que algún ocioso les inventa una rima con su nombre. Ese día le llegó a Fran el lunes 7 de marzo de 1988, Diego empezó a cantar a voz en cuello:

- ♫ Francisca la bizca, siempre te pellizca. ♪

La petisa se quedó muda y un poco contrariada esbozó una sonrisa, había que darle crédito a Diego, nunca pensó que fuera lo suficientemente vivo como para elaborar un insulto entretenido. Francisca decidió pagarle al enano con la misma moneda; sin embargo el reto se planteaba serio ¿qué diantres rima con Diego y que a la vez sea cómico? Los engranajes empezaron a moverse:

- Diego cara de pliego…- no, no funciona.

- Diego el griego…- no, tampoco sirve.

Varios días pasaron así, Diego dando vueltas en el bus escolar entonando su canto triunfante; Sofía mirando asustada a Fran, suponiendo que su amiga se comería vivo al atrevido, pero sin saber cuándo. “La lengua de oro” se cansó de darle cuerda al asunto y el viernes 18 de marzo, cuando el petiso iba por el décimo canto del día, Fran espetó:

- ¡Diego nariz de perro!

El bus escolar se cubrió de un silencio total. El enano empezó a tartamudear:

- Pe… pepep… pero eso no rima.

Fran lo miró fijamente, con su clásica sonrisa pícara, y dijo:

- ¿Y a mí qué? Tú eres “Diego nariz de perro” y parar de contar.

Las carcajadas estallaron en el bus, casi todos reían de buena manera, incluso Diego lo hacía; sin embargo un enano en el penúltimo asiento al lado de la ventana miraba callado a Fran, tenía un brillo especial en los ojos y esa cabecita empezó a elaborar un plan. Se trataba de José, compañero de curso y conocido años más tarde como “el perfecto caballerito”.

Hasta aquí es claro que Fran era una Speedy González para los insultos elaborados y a la vez completar los álbumes de figuritas antes que los demás niños; pero pocos sabían que en el terreno de las cacerías amorosas era todo lo contrario, es decir que se convertía en una perfecta Leeeeeeeenta Rodríguez.

Tres años después del canto “♫ Francisca la bizca, siempre te pellizca. ♪” ocurrió lo inimaginable. A las 12:40 p.m. sonó el timbre de salida, Fran y Sofía alzaron sus mochilas y empezaron a caminar. José las seguía, miraba nervioso su mano derecha, tragó saliva, cerró los ojos y dijo:

- Fran, ¿te puedo hablar a solas?

Fran miró a Sofía y levantó los hombros confundida, le dijo a su amiga que reservara un asiento en el bus escolar. Se acercó a José y le preguntó qué quería.

El enano empezó a transpirar, tragó más saliva, sonrió y abrió su mano derecha. Una diminuta caja rosada apareció ante los ojos de la petisa:

- Toma Fran, es un regalo para ti; pero tienes que prometerme que la abrirás recién cuando llegues a tu casa.

Fran estaba desenchufada, sonrió de constado y torpemente agradeció el regalo:

- Eh… gracias Pepe, eh… ni siquiera es mi cumpleaños… digo, si no nos apuramos pederemos el bus.

El par de enanos empezó a correr a toda velocidad. Fran se sentó muda al lado de Sofía y ni la miró, la enana la miraba intrigada, la curiosidad le daba un prurito infernal:

- ¿Oye Fran qué quería Pepe? ¿Qué te dijo? ¿Te pidió la tarea de matemáticas? ¡Ya pues Francisca, háblameeeeee!

Fran parecía un ente, aún no terminaba de entender lo que había pasado, sólo abrió la mano y le mostró la cajita a Sofía:

- ¿Y eso qué es?

- No lo sé, me lo regaló Pepe y prometí verlo recién cuando esté en mi casa.

- ¡Uy qué emoción! ♫ Francisca tiene un pretendiente. ♪

- ¡Cállate Sofía! No hables de hambre, quizás haya una cucaracha adentro.

- ¡Ay qué tonta eres y qué poca imaginación tienes!

Ni bien Fran puso la llave en la puerta de su casa abrió la misteriosa cajita, adentro había un bebé de plástico dentro de un sleeping bag moteado, era diminuto y olía a frutillas. La petisa esperaba una cucaracha, no un bebé ¿y ahora qué hacer? Fran colorada como una manzana decidió no contar nada a sus papás, por lo menos hasta estar segura de lo que pasaba en realidad.

Al día siguiente se volvió a repetir la misma escena, timbre de salida, tragar saliva, ¿podemos hablar? Otra cajita (en esta ocasión verde) y la promesa de verla en la casa. Fran ya no podía más, les soltó todo a sus papás con lujo de detalles, estos sonreían y se guiñaban los ojos. Javier, el papá de la petisa, opinó que lo mejor era corresponder los regalos de la misma manera, se excusó unos minutos y se fue a su escritorio. Fran aun más confundida miró a su mamá, Clara le guiñó un ojo a la enana y le acarició la cabeza. A los minutos apareció Javier con una bola azul de goma dentro de un envase de plástico transparente.

- ¿Y esto qué es papá?

- Es una bola para jugar paleta, es el regalo perfecto para José.

- Pero si ni siquiera sé si Pepe juega paleta.

- Francisca tienes que aprender a hacer caso a los que saben, cualquier niño se vuelve loco con una pelota.

Fran se quedó callada, finalmente no tenía argumentos para refutar las conclusiones de su padre; sin embargo sospechaba que dos bebés con olor a frutas por una bola azul, no era un buen trueque.

El viernes cuando sonó el timbre del recreo Fran se acercó a Pepe con un paquete envuelto en papel de regalo, se lo pasó tímidamente al enano y le dijo que era para él, luego Fran salió corriendo al patio sin darle margen a respuesta.

Cuando Sofía supo todo ocurrido no paró de reír en días, abrazaba a su amiga y reía con más ganas. Han pasado muchos años desde entonces y las enanas son adultas, pero cada vez que alguien le lanza un piropo a Fran y ésta anda distraída, Sofía a carcajadas le grita:

- ¡Niña que te piden bola!

sábado, septiembre 17, 2005

Besos que Dejan Huella


Fran y Sofía se conocieron en primero básico. A pesar de que nunca fue dicho de manera oficial, todo el mundo sabe que Sofía siempre ha sido un poco más loca y aventurera que Fran.

Corría 1989, el par de enanas se deleitaba pasando las tardes frente al televisor en compañía de Peanuts (Charlie Brown & Cía.). Fran soñaba con encontrar un compañerito idéntico a Schroeder, músico precoz, tímido y ella ser la Lucy que lo correteara.

El fenómeno televisivo de la época no pasó desapercibido para el adulto avispado, al poco tiempo salió el álbum de figuritas de Snoopy, todas a color, cinco por sobre y cada sobre a 50 ¢.

Fran adoraba coleccionar figuritas, tenía llenos el de Las Frutillitas y el de Los Ositos Cariñositos. Sofía por su parte era indiferente ante los álbumes, sus papás siempre le regalaban el de turno y ella al principio compraba los sobres, básicamente porque una que otra figurita era de su agrado y decidía ampliarla/reproducirla por su cuenta; pero todo cambió con la llegada del álbum de Snoopy, Sofía decidió que sí o sí lo llenaría.

La primera plana la ocupaba una figura enorme llena de números, a medida que fue pegando las figuritas Sofía descubrió que Snoopy y Woodstock brindaban por su amistad con dos schops desbordantes, la niña pensó lo raro de ver a dos animales, por muy amigos que fueran, tomando cerveza. Cierto día, Sofía ya adulta encontró un documental en Discovery Channel sobre el comportamiento humano de las bestias: monos alcohólicos y cleptómanos, lemures que provocaban a milpiés gigantes para darse una jaladita con el cianuro que botaban los bichos, todo un carnaval de comportamientos “civilizados”; Sofía concluyó entonces que un perro y un pájaro que gustaran de la cerveza era prácticamente normal.

Fran sonreía triunfante, hace una semana había llenado el álbum de Snoopy; Sofía sufría como animalito encerrado, los sobres de figuritas iban y venían, cincuenta repetidas en total ¡qué porquería! y aún faltaban diez para completar el bendito álbum. Los papás de Sofía se pusieron en campaña, anotaron en una hoja las figuras faltantes y raudos partieron en busca de los revendedores que las negociaban sueltas, después de un par de horas regresaron cabizbajos, sólo pudieron encontrar nueve, la última había desaparecido del mapa.

Esa tarde en su cuarto Sofía lloró de rabia y frustración, hojeaba las páginas, veía las figuritas, leía los mensajes y más rabia sentía, hasta que llegó a la última página. Un dibujo mostraba a Snoopy con los ojos cerrados, acostado de panza en el techo de su casa, mientras le robaba un beso a Lucy que tenía cara de sorpresa, un corazón enorme se formaba en medio de los dos y se leía la palabra ¡¡¡¡MUACK!!!! Los ojos de Sofía brillaron, corrió rápidamente en busca de sus marcadores, un lápiz HB, una hoja de papel bond y el rouge de su mamá.

Llegó el lunes, el bus escolar recorría todas las paradas recogiendo estudiantes de todos los tamaños, Sofía sonreía pícara mientras buscaba con la mirada a Juan Carlos. El mocoso era dos años mayor que ella, un revolucionario que jugaba tanto con camiones como con muñecas; pero sobre todo era su mejor amigo. Durante la vacación de verano una mañana se apareció en la casa de Sofía sin previo aviso, la enana al escuchar su voz corrió rápidamente a cambiarse el pijama por unos blue jeans y una polera, mientras tanto Juan Carlos canchero le decía a la madre de Sofía que le gustaba su casa porque tenía estilo.

¡Bingo! Sofía encontró a Juan Carlos en el último asiento del bus, lo llamó con la mano y abrió su mochila, el enano la miraba intrigado. Sofía le pasó una hoja doblada por la mitad, una mancha rojiza se traslucía, Juan Carlos le prometió que la abriría cuando él llegara a su curso.

A la salida del colegio, Juan Carlos con timidez le contó a la petisa entre risas nerviosas cómo había defendido su tesoro de las miradas y manos curiosas de sus compañeros de curso, le agradeció la tarjeta y le preguntó de quién eran los labios rojos; Sofía sonrió triunfante y le dijo que eran suyos.

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Post Data

Años más tarde los padres de Juan Carlos y los de Sofía coincidieron en un matrimonio, los enanos ya eran adultos y su amistad como muchas otras cosas cambió hasta convertirse en un recuerdo. Mimí, la madre del ex petiso, se acercó Beatriz, la madre de la ex enana, y le confesó que su hijo aún guardaba en el cajón de su mesa de noche una tarjeta con la huella de un beso rojo.

viernes, septiembre 16, 2005

Top Ten de Insultos en la Historia

10.- La mujer es un ente de cabellos largos e ideas cortas. (Arthur Schopenhauer, filósofo misógino)

9.- El problema es que ella piensa con sus glándulas. (Frase de principios de siglo XX)

8.- Mujer que no friega, es hombre. (Refrán popular)

7.- Los bolivianos son auquénidos metamorfoseados que aprendieron a hablar, pero no a pensar. (José Toribio Merino, marinero fascista)

6.- Si no digo que sea feo, sino que es buena gente. (Descripción de una persona poco agraciada)

5.- ¡No seas crudo! (Juan Lechín Oquendo, dirigente obrero)

4.- ¿Te importa, es tu vida, de eso comes, de eso vives? Vieja pareces. (Respuesta en los 80’s)

3.- Lamentablemente no tiene cura, sufre de diarrea mental. (Frase de finales de siglo XX)

2.- Tú no eres tonto de nacimiento, sino por mayoría de votos. (Chilindrina, personaje del Chavo del 8)

1.- ¿Cuál es tu problema aparte de tu cara? (Andrea, adolescente de los 90’s)

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Algunos de estos ejemplares los recuerdo por absurdos, otros por cómicos; sin embargo el primero se me quedó grabado en la mente por su ingenio.

Desde que tengo uso de razón una de mis grandes maestras en la apasionante ciencia del insulto elaborado ha sido Fran, un caso de ponzoña concentrada debido a demasiadas tías, uno que otro primo “opaco” y varios compañeritos de curso. Fran no es una olla de presión con cuenta regresiva antes de la hecatombe, sólo saca el aguijón cuando la atacan.

Recuerdo una tarde en especial, Fran había empezado el tratamiento de ortodoncia (ciertamente era toda una frenilleitor), la tía Marta estaba de visita y al ver la brillante sonrisa de su sobrina exclamó en voz alta:

- ¡Pero qué dientes más feos tienes Fran!

La petisa ni corta ni perezosa levantó la cabeza y mirando a Marta le dijo:

- No sé de qué te quejas tía, si los tuyos tampoco son bonitos.

Un solo de carcajadas inundó la sala de la casa, a la tía Marta no le quedó más que sonreír con disimulo mientras imaginaba cómo estrangulaba a la enana.

Años más tarde Fran se encontraba de vacaciones nadando como sapo en la piscina de un tropical hotel, de la nada apareció Martín el típico compañero de curso y pretendiente desesperado. Clavó fijamente la vista en el objetivo y creyendo que lo hacía muy bien gritó:

- Yo no sé qué hace la Francisca en la piscina, si no sabe nadar.

Pocos notaron la ebullición en el agua, la aludida se dio la vuelta y sonriente espetó:

- Lo mismo me pregunto yo ¿Qué diablos hace el Martín en colegio si no sabe pensar?

El mocoso se quedó en outside y con cara de despistado pretendió haberse olvidado el bronceador en el lobby del hotel.

Una persona con poca materia gris recurre a la salida fácil con los clásicos: tonto, sonso, estúpido, tarado, lelo, menso, gil, etc. Sin embargo basándonos en el modus operandi de Fran un insulto digno de lanzarse va más allá de un conjunto de palabras destinadas a enojar o callar una persona. Se trata de un juego mental, la combinación perfecta entre pícara sonrisa, sarcasmo e inteligencia que dejan confundido al que lo recibe sospechando que fue insultado, pero no en qué medida.

En pocas palabras insultar es un ejercicio que mantiene el cerebro en buena condición física y a los que molestan a diez metros de distancia.

El ser humano posiblemente sea el único animal que no tiene por qué recurrir necesariamente a la violencia física para defenderse de una ofensa. Es sencillo irse a las manos, pistola, cuchillo, objeto contundente o lo que sea… sirviendo a la larga como tema para el próximo documental de Michael Moore, varios estudios psicológicos/sociológicos, además de aumentar considerablemente las estadísticas de violencia en el mundo.

Como diría mi abuelo:

- Sea inteligente, no se quede callada si la provocan continuamente, tampoco ingrese a la cárcel por violencia en demasía… simplemente ejercite su cerebro una a dos veces al día. Al principio los insultos serán un poco enredados y torpes, al pasar el tiempo entrará en ritmo y éstos le saldrán fácilmente como mantequilla de la boca.